lunes, 19 de septiembre de 2016

Delegando que es gerundio

Para mi, como ya os dije hay dos etapas importantísimas, septiembre, en el que empieza el curso con energías renovadas después de las vacaciones, todo es más bonito, el cielo es más azul, los niños se van al colegio... Y enero por el comienzo de año (creo que ya comenté por aquí mi obsesión).

Y después de haber limpiado la casa a fondo, preparado los fondos de armario de toda la familia y haber atendido las necesidades de todo y todos en general llega el momento de dedicarte un poquito de tiempo a ti misma, o un muchito...

En primer lugar y como la salud es lo más importante, y en mi caso yo soy el pilar básico y les tengo que durar mucho, jeje. Pues en fin, que yo le hago una visita a mi médica de cabecera, que es un amor de persona, y le comento mis "penas" y ella me hace una revisión, lo normal, analíticas y esas cosas que hay que tener en cuenta, tensión... Que está la vida "mu estresá" y hay que cuidarse.
No hay que olvidar la visita al dentista, al ginecólogo, revisión de vista y oído, pero como septiembre es un mes de mucho gasto, estas visitas es mejor aplazarlas para meses menos intensos.

No soy muy de ir a la peluquería, pero en septiembre siempre hago una escapadita y para quien sea usuaria también vale la pena ir a la esteticista para al menos una limpieza de cutis, que como yo soy muy "Juan Palomo" pues me la hago en casa, un repasito de manos y pies, una exfoliación corporal que podéis hacer añadiendo azúcar al gel habitual, y una buena crema corporal que os deje la piel preparada para la nueva estación.
Y ya, si nos vamos de compras y nos damos un caprichito, ya sería el remate final.

Lo que quiero decir con esto, es, que hay vida aparte de los problemas, que aunque nuestras circunstancias sean tremendamente adversas, siempre siempre siempre debemos guardar ese espacio para nosotros.

Algo que a mi me cuesta mucho y que estoy intentando cambiar es "Delegar",  saber cuándo tu no puedes con todo y te tienen que ayudar, no pasa nada por pedir lo que necesites, no pasa nada por aceptar que no llegas a todo... Las personas que te rodean y te quieren lo van a entender y las que no lo entiendan es porque quizás no te aprecian como creías.

Espero poder ayudar a combatir la apatía que tienen muchas personas que, como yo, viven o acompañan en situaciones conflictivas y que se encierran en la parte negativa.
Los problemas están ahí, y van a seguir estando, solo tú actitud ante el problema es lo que te hace libre.
Por eso recomiendo cuidarse a uno mismo, es lo que también me recomiendan a mi la gente que me quiere bien, y cada día durante un tiempo alejarme un poco del foco del problema para poder verlo con perspectiva. Y así tomar las decisiones adecuadas en cada momento.

Un abrazo

jueves, 15 de septiembre de 2016

Deshumanización

Vivimos en la sociedad del exceso, una sociedad sobre estimulada, sobre informada, una sociedad cansada de tanto ver, de tanto saber, y de tanto poseer.

Una sociedad tan hastiada que vive adormecida ante cosas gravísimas que estan pasando por delante sin hacer absolutamente nada.

Podría poner por ejemplo que no tengamos gobierno en un año (caso inaudito y vergonzoso donde los haya), pero desastres como terremotos, bombas, refugiados que están a disposición de las mafias de prostitución y trata de blancas, u otras barbaridades.

Niños que entrenan para matar, mientras otros ni siquiera saben ir solos al colegio...

No nos damos cuenta de nuestra deshumanización hasta que es normal ver a un niño muerto en la playa por todos los medios existentes día a día.
Igual que vemos normal otras injusticias, desigualdades, perdidas progresivas de derechos, retrocesos en derechos de la mujer, de la igualdad, derechos del trabajador e incluso derechos a la libertad de expresión, regulada en la Constitución, y que tanto ha costado a nuestras anteriores generaciones, que vamos perdiendo paulatinamente, suavemente, adormecidos por el exceso, si, el exceso y la envidia.

El exceso y la envidia es lo que no nos deja ver más allá del vecino, sin ayudarnos, sin unirnos, sin compartir, haciéndonos guerreros de la vida, de naturaleza hostil.

Hay un interés bastante estudiado entre los dirigentes de todos los países, en mantener a los ciudadanos adormecidos, cabezas no pensantes que dejen hacer y deshacer a su antojo la vida de todos sus ciudadanos (ejemplo de ello fue la burbuja inmobiliaria, obreros con sueldo de abogado, y jubilados con hipotecas a treinta años, centros comerciales cada cinco kilómetros, etc.). Todo ello consentido por un gobierno independientemente de su ideología y color.
Porque aquí, como dice mi madre "el que antes se viste, antes se calza".

El problema es la deshumanización, ya no sentimos, ya no miramos solo vemos, ya no escúchamos, solo oímos...

Es triste, porque yo recuerdo perfectamente la semana que pasé llorando porque "Chanquete ha muerto!", Por no decir la adolescencia que me dió mi madre con el asesinato de las niñas de Alcácer, el final de E.T... Sentimientos en estado puro siempre, y nos enseñaban a sentir, a ser buenos, y a vivir, sin grandes excesos, manchándonos de barro, y lavandonos con agua de la fuente (sin toallitas, por Diosss!!)... Pequeñas cosas que yo ahora valoro enormemente.

Los niños se nos están quedando sin sensibilidad, sin sentimientos, y eso es muy peligroso.
Vidas osadas totalmente expuestas a unos peligros cada vez más ocultos, y cada vez más terribles.

Niños que necesitan vivir más y teclear menos.

Un abrazo

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Mamá, quiero que seas mi mamá.

Y llega septiembre, este mes que está regalándonos un calor infernal, y, en el que con todo el dolor de tu corazón, te arrancan del bolsillo un dineral en forma de libros, libretas, lápices, bolis, carpetas, uniformes, calzado, mochilas, estuches... (si, es el mismo mes que en tus años mozos te comprabas la ropa de temporada, y no en rebajas!... Ya no).
Ordas de madres buscando todo de Tini, o de Luna, o de cualquier niña moña que tenga una serie en Disney Channel.

Y cuando estás más escurrida que una bayeta y crees que no puedes ni con tu vida empiezan los cumpleaños.

Dícese cumpleaños, dícese batalla campal en un parque de bolas donde niños enardecidos se tiran bolas a la vez que salen llorando alternativamente mientras sus padres ya se han agarrado a la cerveza para poder aguantar el estrés que genera que un niño te diga que otro le ha tirado una bola al ojo por milésima vez.

Esta ardua tarea de ser madre tiene sus procesos, al llevarse mis hijas casi ocho años, lo mismo estoy en un parque de bolas que en una disco móvil.
No hace falta decir que prefiero diez parques de bolas a esas discomovil con niñatos imberbes que se creen mayores, haciendo lo que no deben hacer y que por suerte o desgracia se darán cuenta más tarde de lo que deberían.

Y llega un momento de tu vida, en el que dejas a tu hija en la puerta del colegio, y al ir a darle un beso ¡zas! ¡te hace la cobra! Literalmente, y con cara de vergüenza, que no de orgullo como otros años, desaparece sin dejar rastro, haciendo que te cuestiones tu valor como madre... ¿qué he hecho mal? Te preguntas.

Pero en el fondo lo sabes...
Sabes que has consentido demasiado, que no has puesto límites reales, ya que no has sabido mantenerlos. Que la palabra disciplina solo se aprende con el ejemplo, como tantas otras cosas y valores que pretendemos aportar a nuestros hijos sin que nos vean hacer lo mismo.

Y sobretodo, tu mayor error, has querido ser su amiga. Y en la vida hay que saber que lugar tienes en cada momento, y tomarte en serio tu papel, porque los momentos no vuelven,y nuestro papel en sus vidas es demasiado importante para desperdiciarlo.

Esa es mi visión de la maternidad en estos momentos de inicio de curso, donde mis propósitos todavía no están contaminados,  jeje.

Un sincero abrazo.

No era a esto a lo que vinimos

Cuando era pequeña, era una niña buena, sí, de esas niñas que obedecen cuando se les manda, que calla cuando los mayores hablan, que respeta...