jueves, 31 de agosto de 2017

La tiranía de la felicidad

La vida...
La vida estresante,
La vida incomprendida,
La vida frustrante,
La vida impaciente,
La vida sencilla,
La vida complicada,
La vida que te enfada,
La vida que te hace feliz y te llena de alegría, y la vida que te mata poco a poco con cada desilusión y cada desengaño.
Es la misma vida que a veces te hace tocar el cielo y otras veces te baja a lo más profundo del infierno.
Y todas esas sensaciones, todas y cada una de ellas te recuerdan que estás vivo, que todo puede cambiar en un instante y algunas veces no puedes hacer nada por evitarlo.
Porque tu destino es vivir, con todo ello, subirte a esta noria, disfrutar del paisaje, del momento, de la compañía, disfrutar de esto que llaman vida...
Y agradecer cada día poder abrir los ojos e intentar que sea mejor que el anterior.
Porque, ¿Qué sería la vida sin intentarlo?

No pensemos que estamos obligados a ser felices, felicidad tan solo es una palabra, un pequeño instante de tiempo en el que no te sobra ni te falta nada.



Tu vida es solo tuya... Por favor, no la desperdicies.

Un abrazo

martes, 15 de agosto de 2017

Hasta pronto

Abro los ojos por la mañana, miro al techo, la luz entra por la ventana, una suave brisa acaricia mi cuerpo mientras me despierto, miro al otro lado de la cama, no estás.

Y no estás, hace ya más de un mes que te fuiste y todavía llenas todos los espacios, de la casa, de mi vida, de mi...

Pasó algo muy curioso, las primeras dos semanas estaba como en una nube de vacaciones, como tomándome un descanso de tí, como asimilando un hecho que tenía que pasar y había pasado, que era lo mejor para ti y para todos.
Era como irse de campamento y olvidarse de todo. La psicóloga me aconsejó que no demorase la vuelta a la realidad y así lo hice, volví a casa, me centré en limpiar todo rastro de la enfermedad y del dolor que se había vivido en las paredes de la casa. No en sacar todo rastro de ti, no, no es eso, quería acordarme de todo lo bonito, de ti, pero no de tí como enfermo, de ti...
De ti bailando salsa conmigo en la cocina, de ti haciendo abdominales en el suelo del comedor, de ti tomando el sol en la terraza, de ti cocinando una paella, de ti rodeando mi cintura, de ti pescando en el mar, de ti montando una tienda de campaña, de ti cortando el césped sin camiseta, de tus besos, de tu sonrisa... Dios, cómo te echo de menos.

Y la vuelta a la realidad ha sido dura, como un bofetón cuando no te lo esperas, como la sensación de estar bajo el agua y aguantar la respiración. Terrible.

Me consuelo pensando en que ya has descansado, pero me torturo pensando en ¿Por qué? Y hay tantos "por qués" que a veces me nublan la mente.

No quiero pensar en lo que pudo ser y no fue, ya está, estarás para siempre en mi cabeza y en mi corazón, y ahí seguirás. Porque me niego a desprenderme de toda una vida juntos, no puedo.

Quería explicar está sensación porque hay mucha gente en mi lugar, demasiada, debido a esta enfermedad y a otras, y a otros motivos incluso, gente que, como yo, tiene y debe seguir adelante, tiene que masticar la realidad, y, aunque se le haga bola tragarla, y digerirla, hasta que la realidad ya no sea dolorosa, hasta que sea un bonito recuerdo al que aferrarse para continuar.

Yo voy a continuar, aunque sea difícil. Voy a seguir, me quiero auntoconvencer, quiero pasar esto, quiero que deje de dolerme, quiero que vuelva... Y eso no puede ser.

Así que voy a centrarme en mi trabajo, en mis hijas, en rehacer una vida, que ya no es mi vida, es otra vida, sin él. Una vida en la que espero que vengan cosas muy buenas, cosas que me hagan muy feliz, cosas que disfrutaré llevándole siempre en mi.

Ahora tengo que aprender a ser yo, yo sola, como persona, y no me reconozco, siento que detrás de todos mis roles he perdido una identidad, que ya dudo si algún día tuve.

Por eso voy a dejar el blog un tiempo, para buscar a esa persona, y traerla de nuevo, para poder escribir de cosas bonitas, de cosas que aporten un significado positivo a esta vida, que no es más que una lucha de titanes por sobrevivir.

Muchísimas gracias, por este tiempo con vosotros.

Un abrazo.

Postdata: esto no es un adiós, es un hasta pronto.


viernes, 4 de agosto de 2017

Gracias

Hace tiempo que no me paso por aquí, en realidad no tanto, pero los días se hacen muy largos ahora, y hoy necesito hacer este post.



Quería agradecer de corazón a todas las personas que han estado a nuestro lado en estos años y que continúan a mi lado en estos momentos.
Gracias a mis hijas, por ser siempre el motor que guía mis pasos cada día.
Gracias a mi familia, porque sin ellos, no podría vivir, son totalmente indispensables en mi vida, no hay palabras que describan mi necesidad continua de ellos.
Gracias a mi sobrinita Sara, por existir, porque me alegra la vida y me saca una sonrisa hasta en los peores momentos, y a su tío también se la sacaba, era la niña de su tío. siempre sonreía al verla, la subía en sus brazos en la silla y la paseaba un rato.

Gracias a mis amigas que me traerían la luna si hiciera falta, mis padres no me dieron hermanas pero tengo unas maravillosas amigas que suplen por completo esta carencia.
Gracias a mis vecinos por estar ahí y a los que considero casi de mi familia, por haber hecho todo lo posible porque la vida de Israel fuera más fácil.

Gracias a mi suegra, su madre, porque lo dejó todo cuando le pedí ayuda, y ha sabido compensar el tiempo perdido con creces, y estar al lado de su hijo en sus últimos meses de vida
Gracias a su familia, por haberlo visitado y haber estado cuando los he necesitado.

Y a mucha más gente, Asociación Adela, Manuela, Bárbara, Merche, Esther, Marga, el Dr. Vázquez, el equipo de fisios de Clinica Villarón, todas las personas que lo han tratado en La Fé, a todas las personas que lo han conocido y apreciado por ser la persona que ha sido.

Pero lo más importante, y desde donde estés...

Gracias a ti, amor... por haber sabido comprender la esencia de la vida, por haber sabido aceptar tu destino y disfrutarlo hasta el último respiro,
Gracias por haberme aportado tanto, durante estos veinticinco años, cuatro meses y diecinueve días.
Gracias por haber estado siempre haciendo de mi una persona más fuerte, y animarme a que me atreviese a hacer lo que más ilusión me hacía.
Gracias por mirarme y verme bonita siempre
Gracias por callarte cuando para mi era imposible contenerme y por dejar que mis enfados se disipasen a base de mucha paciencia.
Gracias por tu risa y tu manera de hacerme reir.
Gracias por tu vida... conmigo.

Y ahora que te has ido, decido vivir mi vida, decido empezar de nuevo, en paz, como tu me pediste, sin agobios, sin prisas. Poco a poco, a mi ritmo, pero empezar al fin y al cabo. Esta vez sin ti.

Contigo descubrí el mundo y ahora me toca vivir este mundo sola, pero lo voy a conseguir, porque hemos sufrido mucho... nuestra historia de amor no merecía este final.

Estoy en un momento en el que necesito espacio, necesito encontrar mi propio espacio, por lo que voy a empezar a sacar ese lado egoísta que todos tenemos y voy a ir a ello. y sé que todos los que me queréis lo vais a entender.

Un abrazo agradecido





No era a esto a lo que vinimos

Cuando era pequeña, era una niña buena, sí, de esas niñas que obedecen cuando se les manda, que calla cuando los mayores hablan, que respeta...