sábado, 19 de noviembre de 2016

Tengo muy buenos recuerdos de mi niñez, son las vivencias a las que me agarró cuando quiero sentir la pureza y la inocencia en mis pensamientos, cuando quiero llenarme de paz. Recuerdo que mis padres trabajaban, y los fines de semana nos íbamos al campo, a la caseta de mis abuelos, a regar las plantas, ir en bicicleta con los amigos, a estar con la familia, a disfrutar de las cosas sencillas y excepcionalmente íbamos de tiendas, siempre en Navidades para ver el ambiente más que nada. No recuerdo que nunca mis padres me compraran lo que quería de inmediato, siempre me pedían que tuviese paciencia y esperase a la llegada de los Reyes Magos o a mi cumpleaños. Mi madre, rara vez se ocupó de mis deberes, y mi padre casi siempre estaba trabajando. No cogí ningún trauma por ello, he aprendido a aceptar las cosas como son desde bien pequeña. Mi vida era sencilla, y me encantaba. Es lógico que con el paso del tiempo la vida se va complicando, más gente ajena a tu círculo protector, más estudios, más trabajo, más presión, para con todo y para con todos... Mi entorno era sencillo pero me sentía tremendamente segura. Últimamente, veo noticias que me preocupan, me hacen plantearme en qué momento se ha torcido el mundo, en que momento ha dejado de importarnos todo. Y es que hay un rango de personas, especialmente de cero a veinte años totalmente desilusionada con la vida, con miedo a tener proyectos, a emprender, a conseguir cosas por sus propios méritos. Y creo que el problema es la inestabilidad familiar, estas generaciones están heredando una desidia que por edad no les corresponde, están heredando valores de saldo, y problemas que no les pertenecen. A esta edad mi preocupación era estudiar y divertirme, la de ahora es si sus padres tienen dinero o no para llenar ese vacío tan grande que tienen de amor y atención... Y tiempo, porque ya no hay tiempo. El tiempo es un bien escaso, un valor en alza que debemos recuperar si no queremos que acabar con el mundo. Hazte un favor y preocúpate de ganar tiempo, más que dinero. Es obvio, con el tiempo no se pagan las facturas, está claro, pero me refiero a ese tiempo libre que malgastamos en ver la tele, mirar al móvil, jugar a la PlayStation... Y no ocupamos en hablar, decir "te quiero", arreglar las cosas con un "perdóname si te ofendí". A veces un café soluciona más cosas que unas monedas. Hay que vivir plenamente, en estado puro, vivir sin arrepentirse de lo que se hizo mal, ya que de todo se aprende. Un abrazo y gracias por estar ahí. B

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Este post no es positivo, ni creo que anime a nadie, este post es real, como la vida misma. Sin filtro, pero necesario porque son sentimientos que se tienen, que están ahí cada vez que acompañas en el sufrimiento. Cada vez se me hace más difícil transmitir una ilusión que no siento, pretendía escribir para animar a las personas en las diferentes adversidades de la vida, decirle que se puede continuar teniendo alegría a pesar de todo, pero es difícil... Esta semana pasada, después de visitar a su neurólogo, y tras hacerle entender que era lo más recomendable, le hicieron la intervención para ponerle la sonda gástrica PEG, de la que ya hablé en un post anterior. He estado en un momento tan difícil, que llegué a pensar que había perdido mi sensibilidad al dolor emocional, mi capacidad de sentir, porque no sentía nada, era como si no me estuviese pasando a mi, que me fuese totalmente ajeno el problema. Piloto automático en modo "on", y a funcionar. Y la verdad es que estaba preocupada, no creáis, que a veces me planteo si puedes llegar a tener una realidad paralela, ajena a todo, tu propio rincón del "me la suda todo" (con perdón), pero no, es solo un oasis en medio del desierto. Y llegamos, pasamos por ello, y nos vinimos para casa, con todas las indicaciones del equipo médico y auxiliar, sin incidencias. Nunca he necesitado ser cuidadosa, el cuidadoso era él... Yo siempre he sido bastante despistada, caótica total, que le vamos a hacer!. Israel me ha sufrido, jeje, durante todos estos años, y aunque no ha sido fácil, creo que ahora se lo estoy compensando con creces. A lo que íbamos, pero, como si de un robot se tratase, las pilas se agotaron y dejaron al ser, al ser que está completamente agotado, cansado, deprimido, frustrado e impotente. ¿Que se le dice a alguien que quiere dejar de luchar?, y que, probablemente tu sepas que tiene todos los motivos para dejar de hacerlo. Te sientes mal, por querer que todo acabe, pero te sientes más mal cada día que ves a la persona a la que quieres sufrir. Pero no sufrir así poco, no, SUFRIR, de la manera que nadie debería hacerlo. Y te dices que mañana va a ser mejor, pero no lo es... Espero y deseo que la sonda mejore su calidad de vida tal y como nos han dicho. Al menos la nutrición completa está asegurada. El problema en su caso es el dolor, que no es habitual en esta enfermedad, y que se debe a una lesión tras el Ictus. Esto le hace la vida muy difícil, y es lo que más le impide vivir con normalidad. Esta semana empieza con potentes analgésicos, y vamos a ver qué tal. Espero que no me vuelva a decir que se quiere dormir y no despertar, porque no sé cuántas veces lo voy a poder soportar. Un abrazo

No era a esto a lo que vinimos

Cuando era pequeña, era una niña buena, sí, de esas niñas que obedecen cuando se les manda, que calla cuando los mayores hablan, que respeta...